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No creo que nada pueda hacer tanto por una habitación como un fuego resplandeciente en una chimenea atractiva. A los hombres y a los perros les encanta el fuego. Es el corazón de cualquier habitación y debería encenderse a la menor provocación.
No creo que nada pueda hacer tanto por una habitación como un fuego resplandeciente en una chimenea atractiva. A los hombres y a los perros les encanta el fuego. Es el corazón de cualquier habitación y debería encenderse a la menor provocación.