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  • Los economistas y los asesores laborales consideran un dogma casi incuestionable que las personas están motivadas por las recompensas, por lo que no sienten la necesidad de ponerlo a prueba. Es más una verdad religiosa que una hipótesis científica. Los hechos son absolutamente claros. No hay duda de que, en casi todas las circunstancias en las que la gente hace cosas para obtener recompensas, las recompensas extrínsecas tangibles socavan la motivación intrínseca.El mito de las primas: cómo pagar por resultados puede ser contraproducente El mundo es un lugar peligroso, no por los que hacen el mal, sino por los que miran y no hacen nada.