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  • Componer programas informáticos para resolver problemas científicos es como escribir poesía. Hay que elegir cada palabra con cuidado y enlazarla con las demás con una sintaxis perfecta. No hay lugar para la verborrea ni el descuido. Dominar un lenguaje informático exige casi la antítesis del pensamiento suelto moderno. Requiere muchas sesiones interactivas, el uso práctico del aparato. No se aprende una lengua extranjera en un libro, sino que hay que vivir en el país durante años para que la lengua se convierta en parte automática de uno, y lo mismo ocurre con los lenguajes informáticos.