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El toque de queda toca la campanada del día de despedida, el rebaño de mugidos serpentea lentamente por el prado, el labrador vuelve a casa con su cansado camino, y deja el mundo a la oscuridad y a mí.
El toque de queda toca la campanada del día de despedida, el rebaño de mugidos serpentea lentamente por el prado, el labrador vuelve a casa con su cansado camino, y deja el mundo a la oscuridad y a mí.