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  • Un hombre hecho a sí mismo, si es que está hecho, ya ha ganado la batalla de la vida. Ha aprendido a resistir. Ha aprendido el valor del dinero y cómo negarse a gastarlo. Ha aprendido el valor del tiempo y cómo convertirlo en cosas útiles hará de su vida algo que valga la pena. Ha aprendido a decir no, a decir no en el momento adecuado y a mantenerlo. Sin resistencia, y la abnegación que a menudo impone, no hay verdadera felicidad. En la búsqueda de la felicidad, el hombre debe aprender que la tentación resistida fortalece la mente y el alma.