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  • La mente nunca puede ser inteligente, sólo la no-mente es inteligente. Sólo la no-mente es original y radical. Sólo la no-mente es revolucionaria, revolución en acción. La mente te da una especie de estupor. Agobiado por los recuerdos del pasado, agobiado por las proyecciones del futuro, sigues viviendo al mínimo. No vives al máximo. Tu llama permanece muy tenue. Una vez que empiezas a desprenderte de los pensamientos, del polvo que has acumulado en el pasado, surge la llama: limpia, clara, viva, joven. Toda tu vida se convierte en una llama, y una llama sin humo. Eso es la conciencia.