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  • El primer beneficiario de la compasión es siempre uno mismo. Cuando la compasión, o la calidez de corazón, surge en nosotros y nuestro enfoque se aleja de nuestro propio y estrecho interés, es como si abriéramos una puerta interior. Reduce el miedo, aumenta la confianza y nos aporta fuerza interior. Al reducir la desconfianza, nos abre a los demás y nos aporta un sentido de conexión con los demás y un sentido de propósito y significado en la vida.