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  • Aunque estés al borde de la condenación, aunque tengas un pie en el infierno, aunque hayas vendido tu alma al diablo como hacen los hechiceros que practican la magia negra, y aunque seas un hereje tan obstinado como un diablo, tarde o temprano te convertirás y enmendarás tu vida y salvarás tu alma, si -y fíjate bien en lo que digo- rezas devotamente el Santo Rosario todos los días hasta la muerte con el fin de conocer la verdad y obtener la contrición y el perdón de tus pecados.