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  • Solía vivir con otros dos chicos. Solíamos cocinar dos cosas. La primera se llamaba "cosa... de queso" y consistía en coger algo y derretirle queso por encima, y el primero que adivinara qué era no tenía que fregar. El otro era menos complejo. Se llamaba simplemente "fantasía de queso". Consistía en llegar, muy borracho, a eso de las cinco de la mañana, encontrar una manzana y fingir que tenía queso.