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Hay una cualidad indomable en el espíritu humano que no puede ser destruida; un rostro en lo más profundo de la personalidad humana que es inexpugnable a todos los asaltos.
Hay una cualidad indomable en el espíritu humano que no puede ser destruida; un rostro en lo más profundo de la personalidad humana que es inexpugnable a todos los asaltos.