Autores:
  • El amor por la tierra es una de las primeras pasiones, pero también la última. Los pasteles de barro satisfacen uno de nuestros primeros y mejores instintos. Mientras estamos sucios, somos puros. La afición por la tierra vuelve a un hombre después de haber corrido la ronda del placer y los negocios, comido tierra y sembrado avena silvestre, vagado por el mundo y tomado el viento de todos sus estados de ánimo. El amor por cavar en la tierra (o por mirar mientras paga a otro para que cave) es tan seguro que volverá a él, como seguro es que, al final, se hundirá bajo tierra y se quedará allí.

    Charles Dudley Warner (2006). “My Summer in a Garden: Easyread Comfort Edition”, p.1, ReadHowYouWant.com