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  • Sin lugar a dudas, el equilibrio de poder en el planeta está hoy en manos de las empresas. Las empresas rivalizan con los gobiernos en riqueza, influencia y poder. De hecho, las empresas manejan con demasiada frecuencia los hilos del gobierno. Las instituciones competidoras -la religión, la prensa, incluso el ejército- desempeñan papeles subordinados en gran parte del mundo actual. Si un enfoque de las empresas basado en valores puede empezar a redirigir este vasto poder hacia fines más constructivos que la simple acumulación de riqueza, la raza humana y el planeta Tierra tendrán una oportunidad de luchar.