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La verdad es que tú y yo sólo controlamos dos cosas: cómo nos preparamos para lo que pueda ocurrir y cómo respondemos a lo que acaba de ocurrir. El momento en que las cosas realmente suceden pertenece a Dios.
La verdad es que tú y yo sólo controlamos dos cosas: cómo nos preparamos para lo que pueda ocurrir y cómo respondemos a lo que acaba de ocurrir. El momento en que las cosas realmente suceden pertenece a Dios.