La información es ahora una mercancía que se puede comprar y vender, o utilizar como forma de entretenimiento, o llevar como una prenda para mejorar el estatus de uno. Llega indiscriminadamente, sin dirigirse a nadie en particular, desconectada de su utilidad; estamos saturados de información, ahogados en información, no tenemos control sobre ella, no sabemos qué hacer con ella.