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Ningún invasor ha conquistado jamás el corazón de Polonia, ese espíritu que es la herencia de hijos e hijas, la pasión privada de las familias y el antiguo e inquebrantable vínculo con todos los que vinieron antes.
Ningún invasor ha conquistado jamás el corazón de Polonia, ese espíritu que es la herencia de hijos e hijas, la pasión privada de las familias y el antiguo e inquebrantable vínculo con todos los que vinieron antes.