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Cometí un error al suponer que los intereses propios de las organizaciones, concretamente de los bancos y otros, eran tales que lo mejor que podían hacer era proteger a sus propios accionistas y su participación en las empresas.
Cometí un error al suponer que los intereses propios de las organizaciones, concretamente de los bancos y otros, eran tales que lo mejor que podían hacer era proteger a sus propios accionistas y su participación en las empresas.