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Puedes decirle a la gente que si consiguen matarme, yo perdono y bendigo a quienes lo hacen. Con suerte, se darán cuenta de que están perdiendo el tiempo. Un obispo morirá, pero la Iglesia de Dios, que es el pueblo, nunca perecerá.
Puedes decirle a la gente que si consiguen matarme, yo perdono y bendigo a quienes lo hacen. Con suerte, se darán cuenta de que están perdiendo el tiempo. Un obispo morirá, pero la Iglesia de Dios, que es el pueblo, nunca perecerá.