-
Cuando llegas a conocer a Dios, la iniciativa está de su parte. Si Él no se muestra, nada de lo que hagas te permitirá encontrarlo. Y, de hecho, Él se muestra mucho más a algunas personas que a otras, no porque tenga favoritos, sino porque es imposible que se muestre a un hombre cuya mente y carácter están en malas condiciones. Así como la luz del sol, aunque no tiene favoritos, no puede reflejarse en un espejo polvoriento tan claramente como en uno limpio.