La Navidad es un tiempo para recordar al Hijo de Dios y renovar nuestra determinación de tomar sobre nosotros Su nombre. Es un tiempo para reevaluar nuestras vidas y examinar nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Que sea un tiempo de recuerdo, de gratitud y de perdón. Que sea un tiempo para reflexionar sobre la expiación de Jesucristo y su significado para cada uno de nosotros personalmente. Que sea sobre todo un tiempo de renovación y de nuevo compromiso de vivir según la palabra de Dios y de obedecer sus mandamientos. Haciendo esto, le honramos mucho más de lo que podríamos hacerlo con luces, regalos o fiestas.