-
Si no tienes miedo, es imposible que te enfades conmigo. Si no tienes miedo, es imposible que me odies. Si no tienes miedo, es imposible que te pongas celoso o triste.
Si no tienes miedo, es imposible que te enfades conmigo. Si no tienes miedo, es imposible que me odies. Si no tienes miedo, es imposible que te pongas celoso o triste.