-
Pero la valentía en la lucha no es en absoluto la única forma, ni quizá la más importante. Hay valor para enfrentarse a la pobreza, valor para enfrentarse al escarnio, valor para enfrentarse a la hostilidad del propio rebaño. En esto, los soldados más valientes son a menudo lamentablemente deficientes. Y, por encima de todo, está el valor para pensar con calma y racionalmente ante el peligro, y para controlar el impulso del pánico o de la rabia.