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  • Merece la pena entregarse a la idea de seguir tu pasión. Tu pasión es tu fuente de energía. Para vivir una vida plena, hay que seguirla... desafiando quizá todo lo convencional. Y, por supuesto, tiene su precio. Tienes que saberlo desde el principio. Pero el precio que pagas, en mi opinión, no merece la pena ni pensarlo. Es muy importante no arrodillarse ante el mundo. Nunca debes inclinarte ante nada que no sean aquellos a los que amas y respetas. Nunca por nada.