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Porque ni el nacimiento, ni la riqueza, ni los honores, pueden despertar en la mente de los hombres los principios que deben guiar a los que desde su juventud aspiran a una vida honorable y excelente, como los despierta el Amor
Porque ni el nacimiento, ni la riqueza, ni los honores, pueden despertar en la mente de los hombres los principios que deben guiar a los que desde su juventud aspiran a una vida honorable y excelente, como los despierta el Amor