Odio intensamente la discriminación racial y todas sus manifestaciones. He luchado toda mi vida; lucho ahora y lo haré hasta el fin de mis días. Aunque ahora resulta que me juzga una persona cuya opinión tengo en gran estima, detesto con la mayor violencia el montaje que me rodea aquí. Me hace sentir que soy un negro en un tribunal de blancos. No debería ser así, debería sentirme perfectamente a gusto y en casa con la seguridad de que estoy siendo juzgado por un compatriota sudafricano, que no me considera un inferior, con derecho a un tipo especial de justicia.