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Sólo alguien dotado de una vitalidad inquieta es susceptible de caer en el pesimismo. Uno se convierte en pesimista -un pesimista demoníaco, elemental, bestial- sólo cuando la vida ha sido derrotada muchas veces en su lucha contra la depresión.
Sólo alguien dotado de una vitalidad inquieta es susceptible de caer en el pesimismo. Uno se convierte en pesimista -un pesimista demoníaco, elemental, bestial- sólo cuando la vida ha sido derrotada muchas veces en su lucha contra la depresión.