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El ser humano se forja sus consecuencias con la misma seguridad con que se forja sus bienes o su vivienda. Nada de lo que dice, piensa o hace carece de consecuencias.
El ser humano se forja sus consecuencias con la misma seguridad con que se forja sus bienes o su vivienda. Nada de lo que dice, piensa o hace carece de consecuencias.