Autores:
  • Cuando odiamos a nuestros enemigos, les estamos dando poder sobre nosotros: poder sobre nuestro sueño, nuestros apetitos, nuestra presión sanguínea, nuestra salud y nuestra felicidad. Nuestros enemigos bailarían de alegría si supieran cómo nos están preocupando, lacerando y vengándose de nosotros. Nuestro odio no les perjudica en absoluto, pero nuestro odio está convirtiendo nuestros días y nuestras noches en un torbellino infernal.

    Dale Carnegie (2010). “How to Stop Worrying and Start Living”, p.187, Simon and Schuster