-
El buen acero se dobla, pero nunca se rompe. El buen acero permanece siempre afilado y listo. El buen acero no siente dolor, ni piedad y, sobre todo, no siente remordimientos.
El buen acero se dobla, pero nunca se rompe. El buen acero permanece siempre afilado y listo. El buen acero no siente dolor, ni piedad y, sobre todo, no siente remordimientos.