En un mundo de empresarios e intermediarios financieros que buscan agresivamente el beneficio, los innovadores siempre irán por delante de los reguladores; las autoridades no pueden impedir que se produzcan cambios en la estructura de las carteras. Lo que sí pueden hacer es mantener dentro de unos límites la relación entre activos y fondos propios de los bancos fijando ratios de absorción de fondos propios para los distintos tipos de activos. Si las autoridades limitan a los bancos y están al tanto de las actividades de los bancos marginales y otras instituciones financieras, estarán en mejores condiciones de atenuar las tendencias expansivas perturbadoras de nuestra economía.