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Dicen que jugar con los malos es más interesante, pero no se trata sólo de eso: jugar con los buenos es más difícil porque es más complicado hacerlos interesantes.
Dicen que jugar con los malos es más interesante, pero no se trata sólo de eso: jugar con los buenos es más difícil porque es más complicado hacerlos interesantes.