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  • Un optimismo profundo y solemne, me parece, debería surgir de esta firme creencia en la presencia de Dios en el individuo; no un gobernador remoto e inaccesible del universo, sino un Dios que está muy cerca de cada uno de nosotros, que está presente no sólo en la tierra, el mar y el cielo, sino también en cada impulso puro y noble de nuestros corazones.

    Helen Keller (2010). “The World I Live In and Optimism: A Collection of Essays”, p.93, Courier Corporation