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El rebelde nunca encuentra la paz. Sabe lo que es bueno y, a su pesar, hace el mal. El valor que le sostiene nunca le es dado de una vez por todas: debe luchar por mantenerlo, sin cesar.
El rebelde nunca encuentra la paz. Sabe lo que es bueno y, a su pesar, hace el mal. El valor que le sostiene nunca le es dado de una vez por todas: debe luchar por mantenerlo, sin cesar.