-
Todos los hombres por igual están condenados, no por códigos éticos ajenos, sino por los suyos propios, y todos los hombres, por tanto, son conscientes de culpa.
Todos los hombres por igual están condenados, no por códigos éticos ajenos, sino por los suyos propios, y todos los hombres, por tanto, son conscientes de culpa.