Cristo es nuestra esperanza, nuestra limpieza y santificación, nuestra resurrección, vida y reposo. Sólo Él es lo que todos necesitamos, y por eso, la Iglesia Ortodoxa pronuncia constantemente estas palabras en voz alta para que las oigamos durante los Santos Servicios de la Iglesia, y nos renovemos constantemente. Porque tenemos tendencia a olvidar lo único que necesitamos. Con la muerte todo nos será quitado, todos los bienes terrenales, las riquezas, la belleza del cuerpo y del vestido, las moradas espaciosas, etc., pero la virtud del alma, ese vestido incorruptible, permanecerá con nosotros eternamente.