-
Cuando me va bien, siento una agradable sensación de calidez, pero ese placer queda prácticamente anulado por el dolor de empezar cada día. Reconozcámoslo, escribir es un infierno.
Cuando me va bien, siento una agradable sensación de calidez, pero ese placer queda prácticamente anulado por el dolor de empezar cada día. Reconozcámoslo, escribir es un infierno.