La tragedia es una imitación no sólo de una acción completa, sino de acontecimientos que inspiran temor y piedad. Tal efecto se produce mejor cuando los acontecimientos nos sorprenden; y el efecto se acentúa cuando, al mismo tiempo, se suceden como causa y efecto. El asombro trágico será entonces mayor que si ocurrieran por sí mismos o por accidente; porque incluso las coincidencias son más sorprendentes cuando tienen un aire de diseño.