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  • Sin duda, lo que hace un hombre cuando se le coge desprevenido es la mejor prueba de qué clase de hombre es. Si hay ratas en un sótano, lo más probable es que las veas si entras de repente. Pero lo repentino no crea las ratas, sólo impide que se escondan. Del mismo modo, lo repentino de la provocación no me hace malhumorado; sólo me muestra lo malhumorado que soy.