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  • El cerebro puede aceptar consejos, pero no el corazón, y el amor, al no tener geografía, no conoce fronteras: pesa y se hunde profundamente, no importa, subirá y encontrará la superficie: ¿y por qué no? Cualquier amor es natural y bello que esté dentro de la naturaleza de una persona; sólo los hipócritas harían a un hombre responsable de lo que ama, los analfabetos emocionales y los de la envidia justa, que, en su agitada preocupación, confunden tan frecuentemente la flecha que apunta al cielo con la que conduce al infierno.

    Truman Capote (2007). “Other Voices, Other Rooms”, p.124, Vintage