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Amigos, camaradas y compatriotas sudafricanos. Os saludo a todos en nombre de la paz, la democracia y la libertad para todos. No estoy aquí ante vosotros como profeta, sino como humilde servidor de vosotros, el pueblo. Vuestros incansables y heroicos sacrificios han hecho posible que yo esté hoy aquí. Por ello, pongo en vuestras manos los años que me quedan de vida.