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  • ... puesto que era cierto que el estudio, incluso bien hecho, sólo puede enseñarnos en qué consisten la sabiduría, la recta conducta y la determinación, querían poner a sus hijos directamente en contacto con casos reales, enseñándoles no de oídas, sino ensayándolos activamente, moldeándolos y formándolos vigorosamente no sólo con palabras y preceptos, sino sobre todo con hechos y ejemplos, para que la sabiduría no fuera algo que el alma conoce, sino la esencia misma y el temperamento del alma, no algo adquirido, sino una propiedad natural.

    Michel de Montaigne (1991). “The essays of Michel de Montaigne”, Lane, Allen