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En la movida El último emperador, el joven niño ungido como último emperador de China vive una mágica vida de lujo con mil sirvientes eunucos a sus órdenes. "¿Qué pasa cuando haces el mal?", le pregunta su hermano. "Cuando lo hago mal, otro es castigado", responde el niño emperador. Para demostrarlo, rompe una vasija, y uno de los sirvientes es golpeado. En la teología cristiana, Jesús invirtió ese antiguo modelo: cuando los sirvientes se equivocaban, el Rey era castigado. La gracia sólo es gratuita porque el que la da ha asumido el coste.