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  • Durante el último mes, los musulmanes han ayunado, sin ingerir alimentos ni agua durante las horas diurnas, para volver a centrar sus mentes en la fe y reorientar sus corazones hacia la caridad. Musulmanes de todo el mundo han tendido una mano de misericordia a los necesitados. En las calles de ciudades y pueblos hay mesas de caridad en las que los pobres pueden romper el ayuno. Y se distribuyen regalos de comida, ropa y dinero para garantizar que todos compartan la abundancia de Dios. Los musulmanes suelen invitar a miembros de otras familias a sus cenas de iftar, demostrando así su espíritu de tolerancia.

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