-
La muerte natural es independiente de toda razón y es en realidad una muerte irracional, en la que la lamentable sustancia de la cáscara determina cuánto tiempo ha de existir o no el núcleo; en la que, por consiguiente, el carcelero atrofiado, enfermo y de ingenio embotado es el señor, e indica el momento en que morirá su distinguido prisionero.