La ciencia me parece que enseña de la manera más elevada y fuerte la gran verdad que está encarnada en la concepción cristiana de la entrega total a la voluntad de Dios. Siéntate ante los hechos como un niño pequeño, prepárate para renunciar a toda noción preconcebida, sigue humildemente adondequiera y a cualquier abismo al que te conduzca la naturaleza, o no aprenderás nada. Sólo he empezado a aprender el contento y la paz de espíritu desde que he resuelto a todo riesgo hacer esto.