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Aunque la ley [de la competencia] puede ser a veces dura para el individuo, es mejor para la raza, porque asegura la supervivencia del más apto en todos los departamentos. Aceptamos y damos la bienvenida, por lo tanto, como condiciones a las que debemos acomodarnos, a la gran desigualdad del entorno, a la concentración de los negocios, industriales y comerciales, en manos de unos pocos, y a la ley de la competencia entre éstos, por ser no sólo beneficiosa, sino esencial para el futuro progreso de la raza.