No importa que sólo unos pocos en cada generación capten y alcancen la plena realidad de la estatura propia del hombre, y que el resto la traicione. Son esos pocos los que mueven el mundo y dan sentido a la vida, y es a esos pocos a los que siempre he tratado de dirigirme. El resto no me concierne; no es a mí ni a "El manantial" a quienes traicionarán: es a sus propias almas.