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  • Así que ahí está por fin. El hombre en la luna. ¡Pobre magnífico chapucero! Ni siquiera puede llegar a la oficina sin sufrir las agonías de los condenados, pero dale un poco de metal, unos cuantos productos químicos, un poco de alambre y veinte o treinta mil millones de dólares y ¡listo! ahí está, sobre una roca a un cuarto de millón de millas en el cielo.

    1969 Editoral pages, the New York Times, 21 Jul.