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Puedes ser querido por tu familia, tu pareja y tus amigos y, sin embargo, no quererte a ti mismo. Puedes ser admirado por tus socios y, sin embargo, considerarte inútil. Puedes proyectar una imagen de seguridad y aplomo que engañe a casi todo el mundo y, sin embargo, temblar en secreto por una sensación de insuficiencia. Puede cumplir las expectativas de los demás y no cumplir las suyas. Puedes ganar todos los honores y sentir que no has logrado nada. ¿De qué le sirve a una persona ganarse la estima de todo el mundo y perder la suya propia?