Autores:
  • Tachamos a los jueces de tener los motivos más mezquinos, y sin embargo deseamos que nuestra reputación y fama dependan del juicio de hombres, que son todos, ya sea por sus celos o preocupación o falta de inteligencia, opuestos a nosotros - y sin embargo, a pesar de su parcialidad, sólo por hacer que estos hombres decidan a nuestro favor, ponemos en peligro de muchas maneras tanto nuestra paz como nuestra vida.