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  • Hay una diferencia esencial entre la muerte del piadoso y la del impío. La muerte llega al impío como una imposición penal, pero al justo como una llamada al palacio de su Padre. Para el pecador es una ejecución, para el santo un desvestirse de sus pecados y enfermedades. La muerte para el impío es el Rey de los terrores. La muerte para el santo es el fin de los terrores, el comienzo de la gloria.